Hay casas que no necesitan disfrazarse para decirte quiénes son.
Esta es una de ellas.

Y además, tiene historia.
Forma parte de un edificio original de 1890, una de las antiguas fondas de la Colonia Güell, donde viajeros, vecinos y trabajadores compartían descanso, comidas y conversaciones.
Más de un siglo después, esta vivienda sigue conservando esa esencia de lugar vivido, sereno y auténtico.

En la Colonia Güell, uno de los rincones más especiales de Santa Coloma de Cervelló, aparece esta vivienda amplia y luminosa: una primera planta con 135 m², espacios grandes y un patio privado de uso exclusivo que es puro aire.

Un salón comedor que junta vidas, una salita más íntima para refugiarse, una cocina que pide conversación mientras se cocina y cuatro habitaciones dobles para que la vida quepa entera. Dos baños, distribución cómoda y esa luz este-oeste que acompaña desde la mañana hasta la tarde.

La casa está vivida y pide actualización, sí.
Pero también tiene algo que no se compra: estructura sólida, independencia funcional y posibilidades reales para transformarla en un hogar hecho a tu medida.

Y luego está el patio.
Un espacio exterior grande, privado y exclusivo, un lujo en esta zona: desayunos al sol, tardes de verano, plantas, mascotas… o simplemente respirar sin salir de casa.

La ubicación acompaña: zona tranquila, árboles alrededor, colegios, zonas infantiles, tren y autobuses cerca, todo lo que hace que la vida funcione sin renunciar a la calma.

No es la típica casa perfecta y lista para entrar.
Es una casa real, con alma, con historia y con espacio para que tú escribas la tuya.
Si buscas una vivienda amplia en la Colonia Güell, con patio y potencial, aquí tienes una oportunidad sincera.